Trataremos de resumir la copiosa historia de Brunete para mostrársela aquí en la web de nuestra asociación. El contenido de la página web oficial del Ayuntamiento de Brunete, que subsiste desde hace 15 años, lamentablemente no se corresponde con la veracidad de los hechos; el más mínimo sentimiento de profesionalidad debía de haber llevado a sus redactores a investigar y contrastar los avatares de la historia de nuestro pueblo.
Casi toda la información sobre la historia de Brunete que han transcrito, proviene de un libro publicado en 1896 por la Asociación Médico Española – Distrito de Navalcarnero - en la que colaboraba el medico local de Brunete, D. Francisco de la Cruz Aragón, que estaba casi siempre en el mesón de la plaza con el notario y comentaban las anécdotas que con motivo de sus profesiones sabían. El libro tuvo poca difusión.
En las fiestas de 1.990 se publicó una reseña anónima, mitad lecturas de libros “imaginarios” y mitad tradición oral, que no refleja autenticidad, pero nos asombra la veracidad de algunos párrafos, al contrastarlo con publicaciones de renombrados y famosos historiadores. Cualquier referencia publicada sobre la historia, conlleva reseñar las fuentes documentales. Es nuestro objetivo una publicación impresa o digital importante, acorde con los hechos. La dimensión de la historia de Brunete implica esa responsabilidad. De este modo quedan de momento reservadas, a disposición de quien solicite, las citadas fuentes, en tanto se publique su historia, en toda su extensión. La documentación física se perdió en la famosa batalla, dando pie a excusas liberadoras de tedioso trabajo, argumentando que todo se perdió en la guerra, cuando no fue así. A su vez la propia batalla eclipsa todo lo demás, y da pie, con razón, a rellenar páginas y libros. Algunas de los hechos en sí y otras del momento sociopolítico trascendental que se vivió en España y Europa, cuando Brunete se convirtió en un mito.
El núcleo inicial de Brunete se sitúa en un altozano, se origina por la simple necesidad de parar -de detenerse- en un cruce de caminos. Es donde se conecta el camino que desde Segovia va a Toledo, con una vía, muy desdibujada ya, usada desde las Guerras Púnicas, -desde Murcia llegaba hasta Zamora, comercio de esparto y plata- con lo cual el asentamiento es prerrománico, algunos utensilios encontrados así lo atestiguan, si bien el más rotundo es un cipo o piedra sepulcral romana hallada en la calle Real, en 1.910 y más reciente en 2.018 monedas romanas del siglo III. Con lo cual queda validada su antigüedad.
Siempre ha sido creencia que la palabra Brunete corresponde a paño burdo de color obscuro llamado bruneta. Junto con el hecho de que existe un paraje próximo, llamado Brunetas sería lo apropiado.
La tradición oral sostiene que los primeros pobladores de Brunete eran pastores y bataneros, segovianos, confeccionaban paños y tejidos resistentes de color obscuro.
Si bien en las transacciones de telas y de lanas, entre comerciantes y vecinos de pueblos limítrofes, en los siglos XV y XVI, describen literalmente las mismas como “paños de color pardo”. No se ha encontrado escrita la palabra bruneta.
El hecho de que el auge de la Villa sucediera durante la decadencia del imperio romano es decir, siglos antes de la explotación de rebaños de ovejas y su industria lanera, nos abre una segunda posibilidad: Bruneta en latín “poco ortodoxo” significa mujer de cabello negro. Lo cual nos plantea la duda si el nombre tuvo su origen en aquellas fechas, asociado con un lugar donde la mayoría de las mujeres eran de pelo negro, no es un hecho aislado, ya que como veremos más adelante, una población cercana se la conoce por Casarrubios.
La vía del esparto queda más inactiva, y la comunicación entre la imperial Toledo y la industrial Segovia, se deteriora como el propio imperio romano, quedando escasos tramos como calzada romana, dichos tramos subsisten como caminos de herradura, no se pierden. Pocas noticias se tienen del periodo visigodo, sin embargo basculan los asentamientos entre Brunete los parajes de Cienvallejos y una población desaparecida llamada Sacedón, al sur de Brunete.
Poca identidad “castellana” existía y queda a merced del califato de Córdoba, cuando en el año 939, Abderramán III consolida un territorio y pequeño recinto llamado Calatalifa, al sur de Brunete, al pie del rio Guadarrama. Es una base de apoyo en su camino de conquista hacia el norte de la península Ibérica.
El camino de unión que cruzaba los campos de Brunete y sus aledaños, entre las calzadas romanas existentes en los siglos, segundo y tercero, es decir las vías conocidas por A-XXV y A-XXIX, cambia de nombre y se le conoce durante dos siglos por un nombre árabe, Balat-Humayt.
Pocas referencias de los años de dominación árabe, hasta la reconquista de Toledo y de Madrid.
Una vez que se limpia de moros, la zona norte del Tajo, en 1136 Alfonso VII dona, al Cabildo de Segovia y su obispo Don Pedro, para poblarlo a fuero de Segovia, lo que llaman Viso de Calatalifa, con 20 yugadas de tierra al año.
En 1.141, Calatalifa tiene una población de muslimes, a los que el rey Alfonso VII les otorga Fuero de Castellanos de Toledo y les concede el derecho de usufructo, en sus trabajos y establecimientos, si bien la propiedad queda para el Rey
Hasta el año 1208, no se consolida con claridad quién dominaba, en los territorios de nuestra zona. Hay intercambios y rencillas entre nobles y ciudades. Un alcalde que tuvo Madrid, llamado Minaya, consigue que Alfonso VIII le dé permiso para delimitar sus posesiones, ya que estaban en pleitos con la ciudad de Segovia. En aquella marcación de territorios queda marcado que Madrid limita al oeste con Calatalifa, entre otros asentamientos que pertenecen a la ciudad de Segovia.
No obstante sufre de nuevo otro cambio, normal en la época, en el año 1270, pasa como donación del Concejo de Segovia a García Martínez, que era notario del Rey,
Está en el límite entre Madrid y los dominios de Segovia, la cual tiene divididos los territorios en Sexmos y esta zona pertenece, lo absorbe, el Sexmo de Casarrubios. En un documento de 1287 el Rey Sancho IV, hace una relación de pueblos de la extremadura segoviana, (que así se llamaba), terrenos allende la sierra y es donde aparece por primera vez: Las Brunete.
De nuevo en un documento de 15 de agosto de 1302 con motivo de pleitos entre las posesiones de terrenos y consabidas administraciones, hacen referencia a Sexmos, que a su vez se dividían en Cuadrillas y estas ya en familias que se reconocen como Quiñoneros, siempre bajo la ciudad de Segovia.
Se sigue nombrando Las Brunete aunque en algunas transcripciones hacen referencia al Casar de Brunete. Son infinidad de legajos, los que se han estudiado y no se puede aseverar a la hora de las traslaciones e interpretaciones de textos, de aquellos siglos. ¿Qué letras son correctas?.
De este modo queda claro que lo que fue Calatalifa, ó Viso de Calatalifa, pasa al Sexmo de Casarrubios y a su vez Brunete está incluido en la cuadrilla de Valdemorillo. Se empieza a repoblar con gentes de la ribera del Duero y de la propia ciudad de Segovia, creando una agricultura de subsistencia pero acompañado de ganadería - Los Quiñones- si bien la propiedad era de la Catedral de Segovia.
Es cuando se funda la Mesta la cual estará siempre detrás de intereses en nuestro pueblo. Con ello se preparan charcas para que beban las ovejas en su trashumancia, una muy importante con un muro de piedra en el centro del pueblo y otra a las afueras.
Años más tarde Segovia toma un protagonismo importante ya que el rey Enrique IV prácticamente reside en el Alcázar y le gusta salir de caza por la zona sur de la sierra, entre el rio Perales y el Guadarrama, va a influir en Brunete junto a una colección de nobles ávidos de poder.
Enrique IV, el que le llamaban “el impotente” gustaba de la caza, por ello era habitual de la zona. Sobre todo de la franja que conocemos como Las Asperillas entre Navalagamella, Valdemorillo y Villanueva del Pardillo, en la cual había unos palacios o pabellones de caza desde tiempos de su padre, Juan II de Castilla. Palacios donde era conocido por sus muchas visitas lúdicas, ya sean de caza o de esparcimientos cortesanos.
Una de las personas que gestionaba los quiñoneros de la zona era de la familia Arias Dávila y a su vez Diego Arias Dávila era secretario del entonces Príncipe Enrique.
Los de Brunete en una de sus reuniones a toque de campana, en la iglesia que se llamaba de San Antón, hicieron concejo, eran 56 vecinos y acuerdan, en 1446 pedir al Príncipe para el pueblo, una finca llamada la Dehesa.
No sabemos de quien partió la iniciativa. Se supone que de algunos avispados que sabían de las correrías del heredero de la corona, lo que nos hace pensar una cierta confianza y complicidad entre los Quiñoneros de Brunete y la corte. Debían de tener información privilegiada, ya que salieron a su encuentro en el sitio de La Espernada (Villanueva de la Cañada) y Enrique IV les concedió tal deseo, ya era en 1452.
Debemos de hacer referencia a que algunos de los “nobles” de aquella corte tenían intereses y pretensiones en nuestro entorno. Es decir, el Sexmo de Casarrubios. Principalmente Juan de Morillo, dueño y señor de la población llamada, Valdemorillo, era tesorero del Rey y de la casa de la moneda de Segovia, los Sarmiento, parientes del desdichado Pedro Sarmiento, el de la revuelta de Toledo, los Chacón, dueños de la villa de Casarrubios, Don Alonso Álvarez de Toledo, contador mayor del rey Juan II. En el año 1433, que compra el castillo de Aulencia, fortaleza ruinosa, junto con sus tierras, casas y vasallos, que luego se llamó Villafranca.
Y entre todos destaca Don Andrés Cabrera, Mayordomo de D. Enrique y también la que sería su esposa, Doña Beatriz de Bobadilla, lo que nos conduce a Isabel de Transtamara, hermanastra de Enrique IV.
La pésima gestión y reinado de Enrique IV acelera el nivel de conspiraciones de sus allegados y nobles. Su mayordomo y custodio del tesoro del Alcázar de Segovia; Andrés Cabrera contrae matrimonio con una doncella de un nivel superior, Beatriz de Bobadilla la cual era, amiga de infancia, dama de confianza y consejera de la hermanastra del Rey; Isabel. Entre ambos consiguen que Isabel case con el heredero de Aragón, Fernando.
Su manipulación consistía en derrocar al desdichado y enfermo Rey Enrique IV, aunque para ello necesitaban suprimir a Juana, la Beltraneja, hija del Rey y a otro hermano de Isabel, en competencia con la herencia del trono de Castilla, de nombre Alfonso.
La habilidad de aquella gestión, dio frutos, es cierto que disponían de dinero ya que era Andrés Cabrera el custodio del tesoro real.
Es defenestrada Juana, la hija del Rey Enrique por las dudas sobre la paternidad de la misma.
Alfonso de Trastamara, nombrado Alfonso XII de Castilla, sin ser reconocido, ni llegando e ejercer, muere repentinamente.
Y Enrique IV fallece de una rápida enfermedad en Madrid, el 12 de diciembre de 1474 al día siguiente, en Segovia, Isabel es proclamada Reina de Castilla, su esposo Fernando de Aragón estaba en el Rosellón, no por ello importaba.
De este modo queda patente del nacimiento de la nación española, espejo de dinastías europeas e inicio de la edad Moderna. Isabel y Fernando reinarían con el nombre de los Reyes Católicos.
La ambición del matrimonio Cabrera- Bobadilla perdura, ya son Marqueses de Moya, y en premio a su gestión Los Reyes Católicos le conceden –mil 200 vasallos, del sexmo de Valdemoro y si nos los hubiera en Valdemoro, completen con pecheros del sexmo de Casarrubios--. No había suficientes en Valdemoro, su “capital “era Chinchón, y fueron incautando de algún pueblo más, pero sobre todo de Brunete.
Fue el martes 27 de junio de 1480 cuando el concejo de Brunete escuchó la proclama, por la que los regidores de Brunete se vieron obligados a entregar la Jurisdicción Civil, Criminal y Alcabalas, junto con 107 pecheros de Brunete a los Marqueses de Moya, Andrés Cabrera y Beatriz de Bobadilla, separándolos de Segovia. Según la cesión dictada por los Reyes Católicos
De esas fechas es el inicio de un Palacio Fortaleza, embrión de lo que será el Templo Parroquial de Brunete en cuya portada se aprecia el escudo de una saga importante Los Sarmiento, emparentados con los Bobadilla, los Mendoza y los Arias Davila
Son unos tiempos importantísimos de la historia de España, la Reina Isabel muere y en su testamento revoca la orden de cesión del Sexmo de Valdemoro, la ciudad de Segovia emprendió acciones legales sin ningún resultado, sumando más dificultades a la sucesión al trono de su nieto Carlos I de España y V de Alemania.
Llegando la guerra de Las Comunidades en 1521, la villa de Brunete se unió a los Comuneros en contra de su señor y como resultó ganador el Emperador Carlos la Villa de Brunete fue sentenciada a indemnizar a su señor, con el agravante de que el Emperador les nombró condes de Chinchón.
Esta familia, de siempre había tenido olfato para el poder y sobreviven durante cinco generaciones, con fama, respeto y fortuna. Brunete se acomoda a su nuevo estatus, siendo un enclave importante en la comarca, había dos escribanos –notarios, que aproximadamente hacían 600 protocolos al año. También influyó la construcción del Monasterio del Escorial.
Es innato en la saga de los Condes de Chinchón, una endogamia enfermiza, que junto a su prepotencia les hace perder las mercedes del Rey de turno el cual les embarga, saliendo a subasta pública la villa de Brunete con sus apetecibles rentas, alcabalas y señorío, en 1689.
Por medio de un testaferro lo adquiere un banquero italiano llamado Francisco Grillo, que también compró el título que ostentaba; Marqués de Francavila. Después hereda su hijo, llamado Doménico Grillo, el cual fallece sin descendencia directa.
En 1756 la corporación municipal gestiona un préstamo-hipoteca y compran a los herederos de Doménico Grillo su propio estatus administrativo es decir la Jurisdicción Civil, Criminal, y las Alcabalas. Préstamo que pagaran durante casi cien años.
La situación social en España es convulsa, desembocando en la guerra de la Independencia.
Existen documentos sobre la incautación por parte de tropas francesas del vino que los vecinos de Brunete guardaban en sus bodegas- cuevas y también hay documentos sobre la destrucción de sus dos mesones.
Siguen años de revoluciones y cambios sociales de gran calado como fueron las Desamortizaciones. La famosa finca donada por el Rey Enrique IV, de 353,36 Ha, la Dehesa, es subastada junto con la Eras de Pan llevar en el año de 1871.
Gran revuelo se originó en las Cortes de entonces ya que intervino en la compra Don Telesforo Montejo y Robledo a la sazón Ministro de Fomento, el cual era cuñado del notario de nuestro pueblo D. Esteban Montero, el Ministro dimitió el 21 de diciembre de 1871.
Años de una economía pobre y en decadencia iniciándose un goteo de pérdida de población, al no tener horizonte. De este modo salimos del siglo XIX y entramos en el XX, acoplándonos a los tiempos que corren. En 1934 como en toda España proliferaban infinidad de partidos políticos y en Brunete se llega a las elecciones de 1936 de modo parecido, con gran equilibrio, posible mejor posicionado, que otras villas y ciudades. (Sin extremismos).
Es en primeros de noviembre de 1936, cuando la villa pasa a la zona nacional, sin violencia, y sin un solo tiro.
Las pretensiones del Movimiento Nacional, después del fracaso de la Batalla del Jarama, eran posicionarse en el oeste de Madrid, Por ello se creó un frente activo de muchos kilómetros, el cual se adormeció desviando recursos para acometer la conquista de la zona Norte. Fue por ello que, con la pretensión de restar ímpetu en la cornisa Cantábrica, se creó un ejército nuevo, por parte de la Republica, con el fin de dar un golpe de mano en el Centro de la península, con dos fines; liberar la presión en la zona oeste de la capital y por consiguiente restar presión en la industrial zona norte de España.
La estrategia era esa, no vamos a entrar en detalles, que han llenado muchos libros sobre lo que se conoce como Batalla de Brunete, solo reseñar que en Brunete no había un frente, no había guerra, sí estaba cerca, en los pueblos al norte en Quijorna, Villanueva de la Cañada y también Villanueva del Pardillo.
Debido a las dimensiones del frente y de nuevo por la situación estratégica, en el cruce de dos carreteras, -caminos de muchos siglos, se eligió Brunete como enclave importante, inicio del punto de partida, para su infiltración y avance hacia la zona de la carretera de Extremadura e incluso la de Andalucía en la zona de la Cuesta de la Reina, próximo a Aranjuez.
Los soldados republicanos del Ejército de Maniobra del Centro se infiltraron sobre las líneas enemigas y la toma del pueblo de Brunete fue un éxito rotundo, en gran parte por la sorpresa y también por el volumen de milicianos y armamento volcados sobre una población sin ninguna defensa, ya que era sitio de paso hacia los frentes y solo había un Hospitalillo y unos 60 soldados de intendencia. A las 9 de la mañana, Brunete era republicano.
El plan redactado, como hemos referido, indicaba continuar dirección Móstoles, sobrepasar la carretera de Toledo y continuar. Sin embargo sorprendentemente a las 11 de la mañana de aquel 7 de Julio de 1937, cuando las tropas al mando de Enrique Lister pretendieron llegar a Villaviciosa de Odón no pudieron llegar, ni al rio Guadarrama y lo mismo por la carretera de Navalcarnero, llegaron hasta la Casilla de Peones Camineros, a dos km al sur de Brunete, por la citada carretera.
Las defensas Nacionales del frente estaban en los pueblos de Quijorna y Villanueva de la Cañada que lucharon durante dos días contra el grueso del ejercito Republicano, hasta sucumbir, sin embargo los hombres de Lister según algunos historiadores no avanzaron, en espera de la conquista de los citados pueblos, para no caer rodeados, en una bolsa. Esos dos días fueron cruciales y fue el tiempo transcurrido y la pérdida de la sorpresa lo que determinó la pérdida de la batalla e incluso de la Guerra Civil.
De todos modos la operación ya con el éxito de conquista del pueblo de Brunete y los otros tres, Quijorna y las dos Villanuevas tenía una apariencia victoriosa, de liberación de asedio a Madrid. Siendo refrendada por los medios de comunicación de entonces con gran entusiasmo y lujosos detalles, magnificando una victoria inicial en cine, radio y prensa, con fotografías novedosas tomadas en los frentes de combate.
De este modo a la semana de la toma de Brunete se conocía la gran victoria en todas las capitales de Europa y América, creando una imagen de derrota del fascismo, manipulada por el comunismo, y sin saberlo, ensalzada sentimentalmente, en los diez países que enviaron jóvenes imberbes a luchar en las llamadas Brigadas Internacionales.
En ese momento Brunete se convirtió en símbolo y probeta de ensayo para la sociedad y cultura occidental, sobre todo en Europa. En el pueblo de Brunete no quedaba nadie autóctono y veían, los que habían huido a Navalcarnero y Madrid los incendios de sus campos, de sus casas y las explosiones, brutales, nunca imaginadas.
La contención del avance republicano se hizo poco a poco y se volcaron efectivos nacionales venidos del norte, en todas las posiciones del frente. Pero era prioritaria , la conquista del pueblo de Brunete, no por lo que valía, sino por lo que representaba políticamente y el renombre mundial adquirido, de ese modo tras 19 días de lucha, el día 25 de Julio de 1937, las ruinas de Brunete pasaron a manos de los Nacionales, quedando para la Republica, Quijorna, Villanueva de la Cañada y Villanueva del Pardillo.
La línea del frente quedó dormida después de las importantes bajas en aquellos combates, murieron en torno 20.000 personas del lado republicano y 15.000 en la zona nacional. Los nativos de Brunete que murieron fueron unas 15 personas.
La Batalla se convirtió en una cuestión política y la palabra Brunete, en un mito, sobre todo inicialmente.
Una vez que se termina la GCE y llega la reconstrucción del país, los vencedores marcaron su propia línea de muy diferentes maneras, una de ellas fue la arquitectura. Brunete fue una villa escogida para representar todo lo contrario de lo que las corrientes modernistas de los años 30 implantaron, sobre todo en Madrid. Tales corrientes fueron censuradas por haber coincidido con los años de la Republica.
Brunete fue elegido por los arquitectos, en aquel momento falangistas, para un diseño de arraigo español, en todos los sentidos, eligiendo modelos que pretendían recordar los años del Imperio y utilizando materiales de la zona.
De ese modo nació el nuevo pueblo de Brunete, manteniendo como eje la iglesia. Se construyeron manzanas rectangulares a su alrededor y una plaza en el mismo enclave, donde, siglos atrás conformaron un espacio con casas en ángulo, que llamaban plaza, frente al camino milenario referido en páginas anteriores.
En la actualidad en 2020, se aprecian calles que conservan la gran mayoría de las viviendas construidas entre 1941 y 1946. La iglesia fue remodelada en el mismo año, incluida la portada renacentista, (-de los tiempos de Isabel y Fernando)-; la estructura de arcos carpanel se sustituyó por una bóveda de cañón, y sobre el crucero, un cimborrio. Su interior contiene una cúpula sobre pechinas, rematada por una linterna. A su vez la torre neoclásica existente dejó paso a una airosa y esbelta torre con chapitel de pizarra.
La plaza se construyó nueva desde sus cimientos y destaca por su estilo herreriano, porticada, de piedra labrada. En un lateral a nivel del tejado sobresale un frontis con pináculos y un escudo de época, pocos adornos también en granito, balcones y rejerías en hierro forjado, una fuente monumental en el centro y unas escalinatas que solucionan los desniveles existentes. En los contrafuertes de la escalinata que sube a la plazuela de la Iglesia existen dos placas en mármol que recuerdan su inauguración.
En 2016 el conjunto de la plaza y la Iglesia fue declarado Bien de Interés Cultural. Trasmite una cierta severidad y austeridad. La población que ha llegado en los últimos treinta años ha hecho suya, como si de castellanos viejos se tratara.
Gracias por contactar con nuestra asociación, le responderemos lo antes posible.
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